Sorprende sin duda que Cienciano San Martín y Bolognesi ganen y la mayoría (consté amigo lector que no pongo todos conste) de periódicos revaloren la "identidad inca" de nuestros equipos, la fuerza andina que fluye por sus venas. Y no es una broma. Usted sabe que hasta Cienciano esto es "aceptable", pero que alguien me diga que tiene que ver San Martín con los Incas. Pareciera que no tenemos de donde agarrarnos. ¡Oh, my God, amigos reporteros eso no es nacional! Nación es una palabreja que usamos y ya no significa ni identifica nada. La nación es una convención para que haya mundiales y de vez en cuando le mentemos la madre a nuestros vecinos sean del sur o del norte. Claro lo que digo peca de superficial, pero piense. Si no hay nación entonces ¿cómo se harían los mundiales? A lo mucho se puede decir que es una costumbre. Una costumbre que se apodera de nosotros hasta el punto de aparecer del modo más kafkeano posible e invisible sacatabum: naciste en el Perú, ergo eres peruano. O sea ahora nacer en el Perú es como pensar. Los grupos pequeños son la voz, más que eso son una realidad. Acaso no ha visto las pequeñas sectas que se forman tras una vestimenta en común y una música que identifica a cierto tipo de sujetos que entre hongeados, ultradaddyyanqueros, Emoticones, etcetc..., afirman un estado de ánimo que tal vez les produsca menos dolores de cabeza que a nosotros. Ahora nacer en el tercer mundo resulta frustrante, pero... En realidad no hay un pero que valga la pena ¡Somos libres...! Entonces vayámonos del país. Arguedas se equivocó, lo que él propuso es una utopía y por eso mismo no puede existir; la realidad concreta lo niega. Las cosas van por otro lado, no existe el país en donde se puedan vivir todas las patrias; solamente todas estas patrias que están sacándose los ojos entre arañazos y mordiscos.
Sandro Gómez
2 comentarios:
"Arguedas se equivocó, lo que él propuso es una utopía y por eso mismo no puede existir; la realidad concreta lo niega"
Uno más de los que no entiende a Arguedas. El país de Todas las sangres, basado en la colectividad, no distingue entre "sangre inca" y rechaza, severamente, el indigenismo paternalista y demagogo.
Estoy de acuerdo con lo que dices. Pero en realidad yo no cuestiono eso. Me parece que Arguedas tiene toda la mejor intención del mundo. Me gusta el Arguedas pensador más que el Arguedas escritor (excepto el de los Ríos profundos que en mi modesta opinión es su mejor novela, estéticamente hablando). Pero dime ¿dónde está el País de Todas las sangres? Yo sólo hablo de lo que veo, por eso digo la "realidad concreta". Es un hecho real. Sal a la calle mira cómo vivimos, amigo, y te preguntarás: ¿qué tan utopía es una utopía? Un no lugar es eso un NO LUGAR. Ahora sobre la "sangre inca" ten en cuenta que lo que estoy criticando es la pobreza de ingenio de nuestros periodistas y la vuelta al lugar común, además de la insuficiencia de la categoría nación para poder definir discursos de identidad o por lo menos delimitarlos. Cada vez me causa más intriga las maneras como se establecen los discursos de identidad en la provincia... (eso lo bosquejaré en una próxima entrada, estamos en contacto, amigo, suerte, Sandro Gómez)
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