miércoles, 7 de mayo de 2008

Fragmentaria - I (o de una pseudopoética del error involuntario)


A veces ocurre que mientras oímos una canción cualquiera en inglés -frutos de la globalización, diremos...- logramos captar (capturar) una frase en particular, sin que la misma sea realmente algo del otro mundo o sea alguna especie de sentencia que nos cambie la vida. Simplemente se queda y por unos instantes -casi siempre los primeros- no logra molestarnos.

Es cierto, es cierto, sabemos que de esas, las cambiavidas, las cortavenas, hay siquiera unas cuantas, y que las haya, es lo maravilloso de esta vida: la buena música. Pero de las otras, abundan y en demasía. Así, aquella frase, la capturada, se nos queda rascando el cráneo, rondándonos a diario sin que podamos hacer algo contra ella. La frase es una criatura muy animosa pero inconvincente, inconstante, que como una eterna suplente de cualquier equipo, se esfuerza por agradarnos, suda, se cae, llora y sigue sudando, y se vuelve a caer, pero oh, dios!, nunca consigue convencernos, y así tristemente regresa a su sitio, para que después de unos minutos nos quede mirando tan ilusa, tan sonriente, tal como todos los días, tal como todos los eternos suplentes del universo.

Pasan los días, a unos les crece la barba y a otros sólo les crecen los geranios o los cactus. Hasta que de repente, volvemos a escuchar la canción madre, la responsable de esta frase, ya verás, pensamos, cuando llegue el momento oportuno, agarraremos a nuestra frase -"nuestra", por tantos días con nosotros, pero no porque haya en verdad un sólido vínculo, o es eso lo que decimos-, tomaremos impulso dentro de la mente, y con todo el ímpetu que nos queda, la lanzaremos a su sitio, para que de una vez se vaya y no regrese, una especie de exorcismo, en suma. Mas ay!, no ubicamos su lugar, no hallamos ya la huella que nos sirva de señal para saber dónde abandonarla. ¿Qué ha pasado?

Oímos de nuevo... Y no está. ¿De dónde escapó? ¿Quién la creó?

Por ejemplo: seven at the morning y cuándo se repite es: separates the body... Uhhh hay que mejorar la oreja. Otra: i was the criminal y resulta siendo: i've been dreaming all, o peor, no era así era: i've been dreming of... Vale, vale. No nos preguntemos más que por dónde diablos una frase suena como la otra. Las entendimos así, y así las tenemos. Las siete de la mañana no dice nada si se compara con separar el cuerpo. ¿Pero y si las juntáramos? Y que uno sea un criminal no es nada del otro mundo frente a alguien que haya podido haberlo soñado todo. De nuevo ¿Y si las juntáramos?

Entonces, hablamos de algo como una especie de pseudopoética, de una poética del error. Una creación inconsciente... ¿Diremos casualidad? No. No va por ahí. A partir de una equivocación hemos sido capaces de producir una nueva criatura... Algo con sentido coherente: "separar el cuerpo a las siete de la mañana"; o algo como lo que siempre estábamos buscando, una cortavenas, una cambiavida: "he sido un criminal por haberlo soñado todo".

Santiago Valverde