martes, 28 de abril de 2009

Hoy me gusta la vida mucho menos... (César Vallejo)

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tánta vida y jamás!
¡Tántos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi sér parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente,
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir de siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años,
y siempre, mucho siempre, siempre siempre!

1 comentario:

Pao Guide dijo...

LOS NUEVE MONSTRUOS
I, desgraciadamente,el dolor crece en el mundo a cada rato,crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,y la naturaleza del dolor, es el dolor dos vecesy la condición del martirio, carnívora voraz,es el dolor dos vecesy la función de la yerba purísima, el dolordos vecesy el bien de sér, dolernos doblemente.Jamás, hombres humanos,hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, en el vaso, en la carnicería, en la arimética!Jamás tánto cariño doloroso,jamás tan cerca arremetió lo lejos,jamás el fuego nuncajugó mejor su rol de frío muerto!Jamás, señor ministro de salud, fue la saludmás mortaly la migraña extrajo tánta frente de la frente! Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,el corazón, en su cajón, dolor,la lagartija, en su cajón, dolor.Crece la desdicha, hermanos hombres,más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crececon la res de Rousseau, con nuestras barbas;crece el mal por razones que ignoramosy es una inundación con propios líquidos,con propio barro y propia nube sólida!Invierte el sufrimiento posiciones, da funciónen que el humor acuoso es verticalal pavimento,el ojo es visto y esta oreja oída,y esta oreja da nueve campanadas a la horadel rayo, y nueve carcajadasa la hora del trigo, y nueve sones hembrasa la hora del llanto, y nueve cánticosa la hora del hambre y nueve truenosy nueve látigos, menos un grito.El dolor nos agarra, hermanos hombres,por detrás de perfíl,y nos aloca en los cinemas,nos clava en los gramófonos,nos desclava en los lechos, cae perpendicularmentea nuestros boletos, a nuestras cartas;y es muy grave sufrir, puede uno orar…Pues de resultasdel dolor, hay algunosque nacen, otros crecen, otros mueren,y otros que nacen y no mueren, otrosque sin haber nacido, mueren, y otrosque no nacen ni mueren (son los más)Y también de resultasdel sufrimiento, estoy tristehasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,de ver al pan, crucificado, al nabo,ensangrentado,llorando, a la cebolla,al cereal, en general, harina,a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,al vino, un ecce-homo,tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!¡Cómo, hermanos humanos,no deciros que ya no puedo yya no puedo con tánto cajón,tánto minuto, tántalagartija y tántainversión, tanto lejos y tánta sed de sed!Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?!Ah! desgraciadamente, hombres humanos,hay, hermanos, muchísimo que hacer.