lunes, 24 de agosto de 2009

No digo que los escritores deban dejar de escribir... (De George Steiner)

No digo que los escritores deban dejar de escribir. Esto sería fatuo. Me pregunto si no están escribiendo demaisado, si el diluvio de letra impresa a través del cual luchamos por abrirnos paso, aturdidos, no representa por sí mismo una subversión del significado. "Una civilización de palabras es una civilización malsana." Es una civilización en la que la inflación constante de la moneda verbal ha devaluado de tal modo lo que antes fuera un acto numinoso de comunicación que lo válido y lo verdaderamente nuevo ya no pueden hacerse oír. Cada mes debe fabricar su obra maestra, de manera que las prensas empujan a la mediocridad a un esplendor espurio y transitorio. Los científicos nos dicen que es tal la invasión de publicaciones especializadas, monográficas, que pronto las bibliotecas habrán de tener que colocarse en órbita, dando vueltas en torno de la tierra y sujetas a la consulta por medios electrónicos. La proliferación de la verborrea en la investigación humanística, las trivialidades maquilladas de erudición o de revaluación crítica amenazan con obliterar la obra de arte y la exigente inmediatez del encuentro personal, base de toda crítica verdadera. También hablamos en exceso, con demasiada ligereza, volvemos público lo que es privado, convertimos en clichés de falsa certeza lo que era provisional, interino, y por consiguiente vivo en el hemisferio oscuro de la palabra. Vivimos en una cultura que es, de manera creciente, una gruta eólica del chismorreo; chismes que abarcan desde la teología hasta la política hasta una exhumación sin precedentes de las cuitas personales (la terapia psicoanalítica es la gran retórica del chismorreo). Este mundo no terminará en llanto y crujir de dientes sino en un titular de periódico, en un eslogan, en un novelón soez más ancho que los cedros del Líbano. En el chorro abundante de la producción actual, ¿cuándo se convierten las palabras en palabra? ¿Y dónde está el silencio necesario para escuchar esa metamorfosis?

1 comentario:

bimembre dijo...

jajaja, recuerdo que acerca de este sintoma hice un ensayo para algun curso, y que despues nos hicieron leer Los demasiados libros. Desde entonces me irrita la cantidad de papel que se gasta para clamar poeticamente por la conservacion de los arboles y la naturaleza.

Ahora cualquiera que junte su sencillo puede publicar "cualquier cosa", y somos cada vez mas los que nos sentimos tan solos. Creo que la autocritica es el mejor camino, aprender a sacrificar el bien individual por el bien comun, y preguntarse ¿verdaderamente aporto a la gente con mis textos o solo quiero que aprecien mi manejo tan particular y florido del lenguaje? Por lo pronto yo tanteo via red ;)