Hacer ver. Dar que pensar. Esto puede chocarle a más de uno. Desde el que se acantona en una erudición sin horizonte, y el que erige una teoría abstracta, sin olvidar al manipulador de datos estadísticos, más o menos actualizados, muchos son los que se burlan cuando uno se limita a mostrar. Y sin embargo hay que continuar, aunque no sea más que para actualizarse, y ofrecer material de reflexión a los que, desilusionados de sus pretensiones y curados de su resaca, estarán dispuestos a utilizar, aunque sea a escondidas, aquello que hasta hace poco consideraban infrateórico. Esto necesita una mirada lúcida a los hechos brutos. Una mirada generosa también, que respete las cosas tal como son y que intente captar cuál pudiera ser su lógica interna.
En: En el crisol de las apariencias
1 comentario:
ya.
-.-!
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